En la Plaza de San Marcos, no importa si hace sol, el día se oscurece o la niebla se espesa hasta el punto de llegar a cubrir su pavimento, dejando sólo al atisbo las agujas de sus cúpulas perdiéndose entre la humedad característica de la zona.

Al tratarse de la Plaza de San Marcos, la única de Venecia y una de las más importantes de Italia y, por ende, del mundo, cualquier fotografía que tomemos, en cualquiera de sus rincones, estará impregnada de una magia especial. 

Soñaba con regresar a San Marcos... y esta vez lograr acceder a su Basílica. En el pasado, allá por el 2004, se me había vetado la entrada por lucir una minifalda. Era una espinita que me tenía que sacar... Quizá una de las razones principales para regresar a Venecia.

Ahora, casi estratégicamente, me había puesto un vestido que, aunque en apariencia corto, llegado el momento oportuno, me permitía tirar de él hasta las rodillas. Esta vez sí que me tenían que dejar entrar, me convencí a mí misma.

Y lo que se anunciaba como un día soleado, de pronto se tornaba en uno de los más grises que había vivido en mi estancia, para luego volvernos a sacar una de sus mejores caras. 

- Voy a aprovechar a tomar alguna fotografía ahora que salió el sol, le dije mientras sacaba el dispositivo a toda prisa.

No reparaba que, independientemente de las condiciones meteorológicas, el resultado sería positivo. Cuando soleado, el dorado de sus fachadas brillaría cual rayos que se reflejan sobre las cabezas de los allí presentes. Y, cuando nublado, un aire magistral, casi apoteósico, teñíría el centro veneciano.

Y, entre tanta apoteosis, la Basílica de San Marcos; el Palacio Ducal; la Torre del Reloj de San Marcos; la Procuradoría Antigua; el Ala Napoleónica; la Procuradoría  Nueva y la Biblioteca Marciana. Si a esto le sumamos que allí también se localizan unos de los cafés más históricos y renombrados de Italia, me encontraba, sin duda, en uno de los centros neurálgicos del país.

Estaba en Venecia y el día no hacía sino que comenzar. 

Un abrazo en la distancia...

































Vestido: Benetton
Gabán oversize: Zara
Bolso: El Potro
Zapatos: Zara
Complementos: Colección Personal