Estimados lectores,

A continuación de una breve pausa por motivos personales, hoy quiero, simplemente, mostrarles unas imágenes de uno de mis primeros paseos de este año por paisaje nevado. Y digo primeros porque el invierno se hizo de rogar esta vez… Y, cuando ya parecía que los abrigos y botas propios de invierno se iban a tener que quedar en el armario a la espera de un próximo año, la nieve hizo uso de presencia.

Una de las eternas preguntas es si se puede ser sexy y elegante a la hora de ataviarse para un paseo de estas características. Se suele sostener la teoría de fuera tacones, si no se quiere poner en peligro la integridad física… Pero, mira por dónde, tuve la gran suerte de toparme con estas botas de la marca australiana UGG que cambiaron mi percepción en lo que a este tema atañe.

Nunca fui muy amiga de este modelo de calzado. Me refiero a las botas, para mí, más propias de un Papá Noel listo para la entrega de regalos que de una chica dispuesta a comerse la ciudad. Las consideraba, en resumen, poco estéticas, hasta el punto de preferir optar por quedarme en casa o avanzar por las calles entre zarpazos y vaivenes.

Pero…, voilà la excepción. Parece que la firma australiana se ha decidido por pensar también en un público en mi línea, amante del tacón. Y aquí estoy yo, paseando por los campos nevados de Centro-Europa enfundada en mis botas UGG, en piel y lana en capa interior y, como no, sobre mis tacones de madera protegidos por una buena suela antideslizante. Simplemente, increíble.