Hoy he decidido "sacar a pasear" esta gabardina de Sisley que me tiene loquita. Tanto es así, que se ha convertido en una de mis favoritas, ya no sólo por su color, muy ponible, sino por su corte. A simple vista, no nos será difícil percatarnos de que es la perfecta aliada en mi fin de bien marcar las curvas de mi silueta.
Lo paradójico es que no estamos ante una prenda al uso ajustada al cuerpo, sino, muy al contrario, su corte simula a la perfección lo que entendemos por "cuerpo perfecto" en una mujer, el famoso "cuerpo reloj de arena" que toda fémina aspira tener. Es, por tanto, un tipo de prenda muy aconsejable para las mujeres con cuerpo cilindro o líneas rectas.
Quiero además hacer hincapié en una de mis "tácticas" a la hora de elegir outfit. Siempre pero siempre, siempre tengo en cuenta a qué tipo de sitio voy a ir, qué actividad voy a realizar, cómo suele ir la gente vestida en ese lugar (por eso de no salir de tono) y, finalmente, si voy a estar en un lugar cerrado o, por el contrario, me dedicaré a caminar por las calles. Este último punto es muy importante a considerar, sobre todo, tratándose de países fríos, como es mi caso.
Se preguntarán qué tiene que ver todo esto con la gabardina en cuestión. Pues bien, en esta ocasión, me disponía a, más bien, "callejear" por las calles de un lindo pueblecito del norte de Luxemburgo llamado Diekirch, que, dicho sea de paso, da nombre a una de las cervezas más reconocidas en Luxemburgo. Sabía que, en ningún momento, tendría que pasar "largos ratos" en interiores. Entonces, ¿por qué no disfrutar de esta gabardina, acompañándola de un lindo vestido corto?. De esta manera, al abotonarla, ayudaremos a cualquier persona que ose mirarnos a dejar volar su imaginación. ¿No creen? Además, no es una pieza que podamos portar en un interior o merecida de ser colgada en un perchero de no importa qué hall. Estamos ante una gabardina digna de ser lucida por las calles.
Se preguntarán qué tiene que ver todo esto con la gabardina en cuestión. Pues bien, en esta ocasión, me disponía a, más bien, "callejear" por las calles de un lindo pueblecito del norte de Luxemburgo llamado Diekirch, que, dicho sea de paso, da nombre a una de las cervezas más reconocidas en Luxemburgo. Sabía que, en ningún momento, tendría que pasar "largos ratos" en interiores. Entonces, ¿por qué no disfrutar de esta gabardina, acompañándola de un lindo vestido corto?. De esta manera, al abotonarla, ayudaremos a cualquier persona que ose mirarnos a dejar volar su imaginación. ¿No creen? Además, no es una pieza que podamos portar en un interior o merecida de ser colgada en un perchero de no importa qué hall. Estamos ante una gabardina digna de ser lucida por las calles.
Como complementos, unos botines en ante muy de tendencia por sus cadenas de Promod; un bolso muy básico de Mala Malachi que, al igual que los botines, es muy ponible en esta temporada por el asa en cadena que porta y unos guantes rotos en cuero que me dan un toque de un tanto… "niña mala", siempre en busca que de ese contraste que, como ustedes bien saben, a mí tanto me fascina. Si a eso le añadimos unas lentes "modo secretaria", no necesitaremos nada más para salir a las calles y "comernos el mundo".
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