Inditex es de las pocas empresas que no ha sentido en su cuenta de resultados los zarpazos de la crisis económica global que arrancó en 2008 con la caída de Lehman Brothers. La razón es compleja, hasta el punto de que el caso se estudia en las escuelas de negocio y universidades de casi todo el mundo, incluida la prestigiosa Harvard, desde hace años. El éxito de la multinacional gallega reside en que se ha adaptado muy bien al mercado, a lo que quiere el cliente que, en definitiva, es a lo que aspira a hacer cualquier empresa, y esa adaptación la hace de manera muy rápida. En 15 días son capaces de cambiar varias colecciones de ropa, cuando hasta hace unos años lo normal en este sector de la moda es que hubiera tan solo dos colecciones al año.

La primera parte del proceso de fabricación de la ropa recae sobre los diseñadores, un auténtico ejército de gente absolutamente moderna e internacional que viaja por todo el mundo y se inspira en todo lo que respire moda, tendencia y arte. Son los «cazadores» de tendencias. Después de que se detecta una corriente se adapta a cada uno de los 85 mercados en los que opera la compañía, ya que cada lugar del mundo tiene sus peculiaridades y sus climas dependiendo de la época del año y del hemisferio donde estén. Inditex tiene 600 diseñadores, de 140 nacionalidades, lo que da idea de la importancia de esta parte del proceso de producción para la empresa.

Después se hacen los patrones de la ropa y luego se mandan a la fábricas, y ahí es donde está otra de las claves de la empresa. Por otra parte, hace años la mayoría de la ropa se fabricaba en China y otros países con costes de producción más bajos, pero eso también ha cambiado, en aras siempre de adaptarse al mercado. Ahora, cerca del 60% de las 50.000 colecciones de ropa que hace al año se fabrican en zonas de proximidad (España, Portugal y Marruecos). ¿Y qué gana Inditex fabricando más cerca y con costes más elevados? Flexibilidad en la fabricación, rapidez y un mayor control de la calidad.

Al margen del diseño y la logística, no debemos obviar que la fórmula de la multimarca (Zara, Massimo Dutti, Pull & Bear, etc...) ha sido otra de las estrategias de la compañía. La idea era buena porque normalmente las hijas no quieren comprarse la ropa en las mismas tiendas que sus madres, pero el resultado ha sido desigual. Zara, el auténtico buque insignia de la compañía, es la pieza clave ya que representa alrededor de dos tercios de las ventas de la compañía en todo el mundo, muy por delante del resto de cadenas. Ésta es, sin duda, una de las asignaturas pendientes de la compañía, el lograr consolidar el resto de marcas.