La Playa de Nogales,  en La Palma, merecía un artículo para ella solita...

Es uno de esos rincones escondidos de la Isla de La Palma, lejos de turistas,  del bullicio, del trajín del mundo, al que, siempre que puedo,  me escapo cuando estoy en la Isla.


No destaca por la paz de sus aguas,  sino,  muy al contrario, por el bravío de su oleaje , pero justo eso es lo que la hace especial,  diferente.

No se trata, entonces, de baños apacibles, sino de caminatas para llegar a ella, con la mirada puesta en un paisaje único, en el que destacan los altos acantilados castigados por la mar, y escuchar, en ese largo caminar, el rugir de un mar muy embravecido. Ya luego, dejarte salpicar por salitre y vientos alisios. Y, una vez allí, descansar, echarse, pasear por la orilla del Atlántico tan profundo... y, en definitiva, dejarse llevar.

Nosotros optamos por dejar el coche en lo alto del Pueblo de Puntallana para, a continuación, descender hasta ella, viviendo la experiencia al máximo.

Y qué decir que no transmitan ya las imágenes que aquí les presento (juzguen ustedes por sí mismos). Tal vez, que es uno de los lugares del mundo que consigue que me baje de mis tacones para poderlo gozar, y con eso queda todo dicho (jaja).

Un abrazo en la distancia...
































Total Look: Roxy
Gorra: Roxy
Calzado Montaña: Salomon
Complementos: Pandora