Hace tiempo que no publico en el blog... Y es que no es tarea fácil cuando, además de esta actividad, se tiene familia,  trabajo..., pero, ante todo, un bebé muy activo que reclama toda tu atención.  

He decidido, por una temporada, disfrutar de ellos... El tiempo pasa tan rápido que parece que fue ayer cuando lo tenía en mis brazos, en el hospital, tan pequeñito..., y ahora ya acaba de cumplir 7 meses y, prácticamente,  puede gatear.


Ha sido momento, también, para vacaciones en familia,  después de un embarazo complicado en cama. Ha sido momento para centrarme en ellos y solamente en ellos.

Como resultado, experiencias que, una vez más, guardaré en la cajita de mis recuerdos; pero, sobre todo, la enorme satisfacción de haberlos visto felices.

Ésta es mi fortuna y a esto es a lo que doy prioridad en mi vida.  Sus risas, su amor...

Os dejo, en esta ocasión,  unas imágenes que, aunque fueron tomadas en uno de los momentos que podría verse como de los menos particulares, para mí tienen mucho significado. Con ello pretendo, además, mostraros un rincón mágico,  mágico en sí de mi isla Bonita. 

Aquel día regresábamos a casa después de un día de playa. Estaba cansada y no es cuando mejor me veía.  Mi pelo se había enredado como nunca por la salitre del mar y, mientras esperábamos el autobús y yo me dedicaba a "poner un poco de orden" en el cabello, mi niña tomó estas fotografías,  como decimos en Canarias, "a traición". En una simple parada de autobús...

Pero me encantan... Me encanta que las haya tomado ella, me encanta verme tan "desmejorada" después de un día de playa y diversión con los míos, me encanta saberme en uno de los lugares de mi niñez y me encantan los colores que se aprecian. ¡Bendita isla y bendita "golden hour"!

Un abrazo en la distancia...





















Total Look: Zara
Zapatos: Michael Kors
Sombrero: Colección Personal
Gafas: Chloé