Cuántas veces había paseado por el mismo paraje sin a penas percatarme de lo singular de su naturaleza... De pequeña, al llegar el fin de semana, a mis padres les encantaba prepararnos, tomar lo imprescindible para dos días y coger el autobús, o, como decimos allá, la guagua, con destino norte de la isla: Tijarafe, Puntagorda o Garafía, cualquier de estos puntos valía si se trataba de disfrutar de la naturaleza en familia.


Mis hermanos y yo, que vivíamos en "la ciudad", enloquecíamos cuando el viernes se aproximaba. Entre otras cosas, era una oportunidad para jugar con primos y vecinos de la zona, además de para visitar la "granja de la abuela".

- Ustedes, los de ciudad, no sabéis ni caminar por el campo - reían los lugareños.

Y, mientras nosotros sólo habíamos aprendido los juegos de patio de colegio, mis primos ya sabían cazar, pescar y hasta "nadar en mar abierto".

Fruto de múltiples de esas escapadas, sólo por enumerar algunos, "Estrellita" nuestra cabrita, "Laica" la perrita o Pumuki el conejito, todos ellos animalitos que nos acompañarían a casa para convertirse en futuras mascotas, para lamento de mayores.

Hoy volvía a visitar el norte de la Isla y la granja, ya no de la abuelita, pero sí de la tía Isabel. Hoy volvía a los mismos parajes pero de la mano de mis niños para enseñarles lo que un día fue el mundo para mamá.  Hoy era yo la que respondía a la pregunta de porqué no podíamos tener más animales en casa...

Sin embargo, hoy mi mirada había cambiado. La añoranza de tiempos pasados se apoderaba de mí, quizá propiciado por el desarraigo de la tierra que me vio crecer...

Había en mí una necesidad por volver a corretear los mismos rincones, como cuando jugaba a las tienditas bajo los árboles o al escondite tras paredes ya caídas de antiguos pajeros de piedra con mi prima Vanessa.

Por un momento y mientras mi hija me hacía preguntas mil sobre una niñez que a ella le parecía remota, se dibujó una sonrisa en mi cara. Por un momento, me pareció escuchar los ladridos de nuestra perrita Duquesa. Por un momento, los colores de aquel lugar resplandecían más que nunca.

Un abrazo en la distancia...






































Suéter: Sisley
Leggins: Calzedonia
Gafas: Komono
Pulseras: Pandora