Estimados lectores,
Cuando siento necesidad de un cambio, de tomar aire español o, simplemente,
de ir de compras para renovar las ideas en cuanto a moda se refiere o por el
simple hecho de darme un capricho, uno de mis "spots" recurridos es
Madrid y, en concreto, la calle Fuencarral.
Sin duda, es uno de los centros más visitados de Madrid por los amantes del
mundo de la moda; ya no sólo por su ubicación, entre los archiconocidos barrios
de Chueca, Malasaña y Chamberí, sino por su larga tradición como calle
comercial, ocio y entretenimiento. Por otra parte, en 2009, el Ayuntamiento de
la Villa adaptó parte de su recorrido, en su tramo más próximo a la Gran Vía, como
zona peatonal, provocando, con ello, que más de uno, a la hora del shopping, se
decante por este lugar.
Además de establecimientos de grandes marcas, destaca el estilo alternativo
de las tiendas. Por otra parte, no se hace de menos a tiendas de carácter
minorista, puesto que ellas representan, precisamente, ese punto de
originalidad tan buscado hoy en día.
Cómo me encanta recorrerla de un lado al otro, de arriba abajo y de izquierda a derecha… Cómo me fascina perderme en sus tiendas… Por ello, no es de extrañar que pueda comenzar por comprarme un bolso básico en Michael Kors, artículo siempre necesario en todo fondo de armario; continuar visitando sus pequeñas tiendas minoristas por eso de a ver qué tienen que contarme esta vez; dejarme mimar por los dependientes de Rituals, siempre dispuestos a mostrar cuán fantásticos son sus productos; embelezarme en Mac y terminar cenando en uno de sus restaurantes vanguardistas. Al fin y al cabo, ésos son los pequeños placeres de la vida.
Cómo me encanta recorrerla de un lado al otro, de arriba abajo y de izquierda a derecha… Cómo me fascina perderme en sus tiendas… Por ello, no es de extrañar que pueda comenzar por comprarme un bolso básico en Michael Kors, artículo siempre necesario en todo fondo de armario; continuar visitando sus pequeñas tiendas minoristas por eso de a ver qué tienen que contarme esta vez; dejarme mimar por los dependientes de Rituals, siempre dispuestos a mostrar cuán fantásticos son sus productos; embelezarme en Mac y terminar cenando en uno de sus restaurantes vanguardistas. Al fin y al cabo, ésos son los pequeños placeres de la vida.
Para finalizar, aquí os dejo algunas imágenes de mi última escapadita por
esta calle. No dudé en adquirir este vestido, de Zara, por su aire oriental y,
ante todo, el escote fantástico que me ayudaría a expresar la picardía propia
de mi persona. Para completar mi outfit, porqué no, guiño nuevamente al estilo
colegiala, mediante unas lentes apropiadas, estos calcetines largos de
Calzedonia y los botines – mocasín de NandoMuzi. Esto y un buen bolso y
cazadora en piel (Mango) básicos; estaba lista para la diversión y el
entretenimiento en pleno centro de Madrid.
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